lunes, 2 de febrero de 2009

Temas Económicos: "El mundo le responde a Obama".

EM., Editorial, lunes 02 de febrero de 2009.

A casi 15 días de haber llegado a la Casa Blanca, Barack Obama continúa sorprendiendo dentro y fuera de su país. Un ejemplo de ello fue conceder su primera entrevista televisiva -ya como mandatario en funciones- a la cadena árabe en inglés Al Arabiya, descartando opciones occidentales como CNN, CBS o BBC. Claramente, una señal de acercamiento a una región en la que muchos países ven a Estados Unidos con recelo, sobre todo tras los ocho años de gobierno de George W. Bush.

En dicha entrevista, Obama aseguró que "estamos listos para iniciar una nueva amistad basada en el respeto mutuo y los intereses mutuos". Asimismo, recalcó que "estamos mirando a la región como un todo", por lo que se dio tiempo para referirse al conflicto palestino-israelí, las guerras en Irak y Afganistán, y las relaciones con Irán y Siria.

Para el gobierno de Teherán tu-vo palabras especiales: "Si países como Irán tienen voluntad de abrir su puño, encontrarán nuestra mano extendida".

La respuesta no tardó en llegar, en la forma de un discurso televisivo del Presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, quien afirmó que su país tendrá una actitud de plena amistad con Washington, pero sólo si el gobierno de Obama, primero, se disculpaba por los "crímenes" cometidos por Estados Unidos contra su país durante los últimos 60 años.

A pesar de eso, Ahmadinejad dejó abierta una puerta al decir que "todavía estamos esperando pacientemente" las nuevas políticas de Estados Unidos. Una señal de que Teherán considera que con Obama puede, en efecto, haber un nuevo entendimiento entre ambos países, cuyas relaciones han sido particularmente tensas desde hace 30 años, cuando la revolución chiita iraní encabezada por el ayatolá Ruhollah Jomeini derrocó al último Sha, Mohammad Reza Pahlevi.

También hay que recodar que el programa nuclear iraní sigue siendo un punto de tensión entre ambos países y que, además, divide a la comunidad internacional. Asimismo, Washington todavía mira con preocupación la influencia iraní en Irak, por medio de su presunto apoyo a los grupos chiitas locales.

Otra respuesta significativa vino de Rusia, con la que EE.UU. ha tenido múltiples roces en los últimos años, desde el proyecto de escudo antimisiles impulsado por Bush y la progresiva incorporación de ex repúblicas soviéticas a la OTAN, que ha llevado a la Alianza Atlántica cada vez más cerca de las fronteras rusas.

En un gesto interpretado como "una rama de olivo" tendida al Presidente Obama, Rusia suspendió el emplazamiento de misiles Iskander en Kaliningrado, enclave muy cercano a la frontera con la Unión Europea (UE), ya que "la nueva administración estadounidense no ha acelerado el despliegue".

Su instalación había sido anunciada por el Presidente Dimitri Medvedev en noviembre pasado, como respuesta al despliegue de proyectiles en Polonia y una base de radares en la República Checa -país que actualmente ocupa la presidencia de la UE-, como parte del polémico sistema de defensa.

Estas primeras respuestas de la comunidad internacional son claramente auspiciosas. Los primeros pasos de Obama en política exterior han tenido una buena aceptación. Pero todavía quedan muchos otros temas urgentes que abordar en el plano internacional, como la tensión nuclear con Corea del Norte o la amenaza del radicalismo islámico en Pakistán y Afganistán. Y la "luna de miel" parece cada día más corta.

Los desafíos de George Mitchell.

La semana pasada, George Mitchell, ex senador demócrata y enviado especial estadounidense para Medio Oriente, ya tuvo su primera aproximación al conflicto palestino-israelí, en el marco de una gira por Egipto, Israel, Cisjordania, Jordania y Arabia Saudita, y que en una segunda etapa lo llevará a Europa.

El mismo día de su llegada a Israel, un suboficial del ejército murió al estallar una bomba al paso de su patrulla en el lado israelí de la valla de seguridad de la Franja de Gaza y, posteriormente, un palestino falleció a resultas de disparos de represalia israelíes. Un cuadro poco alentador para iniciar su ronda de entrevistas con los actores de ambas partes.

La tarea de Mitchell no será fácil ni breve. De hecho, él mismo, antes de iniciar su viaje, reconoció que el problema en Medio Oriente es "volátil, complejo y difícil". A pesar de esta primera ronda de encuentros, Mitchell tendrá que esperar hasta después de las elecciones del próximo 10 de febrero para saber qué agrupación política llega al poder en Israel. Porque la posibilidad de acercar al futuro gobierno a la mesa de negociaciones dependerá mucho de quién logre la mayoría parlamentaria: el Partido Laborista, encabezado por el ministro de Defensa Ehud Barak; el Likud, liderado por Benjamín Netanyahu, o Kadima, dirigido por la ministra de Relaciones Exteriores, Tzipi Livni.

Por el lado palestino, debe tener presente que todavía existe una división que dificulta la posibilidad de tener un solo interlocutor, porque el grupo Hamas controla la Franja de Gaza, en tanto que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) domina el territorio de Cisjordania.

Mitchell, ex negociador para Irlanda del Norte durante la Presidencia de Bill Clinton, enfrenta un desafío enorme, pero no está solo. El gobierno del país más poderoso del mundo está detrás de él. El propio Obama lo dejó en claro en su entrevista con la cadena de televisión Al Arabiya: "Es el momento de que ambas partes se den cuenta de que este camino no llevará ni prosperidad ni seguridad a sus gentes. Es hora de volver a la mesa de negociaciones".

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