lunes, 2 de febrero de 2009

Nuevo símbolo de estatus: El acceso al mail de Obama define quién es quién en los círculos de poder de Washington.

EM., Int., 02-02-09

Sólo los más cercanos, como el Vicepresidente Joe Biden, tienen su dirección, mientras que figuras prominentes, como Al Gore, no.

No se puede reenviar un correo de Obama o enviarle attachments.

PETER BAKER.
The New York Times.

--

WASHINGTON.– Anthony Lake era uno de los principales asesores de Barack Obama en relaciones exteriores durante la campaña e intercambiaba e-mails con él en forma regular. Pero ahora que Obama es Presidente, Lake ya no tiene su dirección.

"No", manifestó cuando le consultaron. "La tenía. Ahora no".

Tampoco la tiene Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara, ni varios miembros del gabinete, entre éstos el secretario de Defensa Robert M. Gates.

El Vicepresidente Joe Biden sí la tiene, como también el jefe de gabinete del Mandatario, sus principales asesores y algunos de sus amigos de Chicago.

El senador Richard J. Durbin, compañero demócrata de Illinois, probablemente la tiene, pero se niega a decirlo. "No vamos a discutir eso", precisó un vocero, Joe Shoemaker.

Éste es ahora el último símbolo de estatus en una ciudad obsesionada con el estatus. Obama fue visto la semana pasada probando su nueva Blackberry, más sofisticada y codificada, aunque aceptó limitar el número de personas con las que intercambiaría e-mails. En el proceso, creó una nueva medida para que Washington juzgue quién realmente tiene la atención del Presidente.

Es la primera vez que un Presidente ha utilizado el e-mail mientras está en el poder. "Es la versión del siglo XXI del acceso especial al Mandatario que se les otorga a algunas personas", indicó Joel P. Johnson, alto asesor de la Casa Blanca en los tiempos de Clinton.

Aquellos escogidos que tienen la dirección del correo electrónico de Obama, de acuerdo a personas informadas en la materia, incluyen a Rahm Emanuel, jefe de gabinete de la Casa Blanca; David Axelrod y Valerie Jarrett, ambos importantes asesores; y Robert Gibbs, secretario de prensa. Pero los miembros del gabinete, como el secretario del Interior, Ken Salazar, aseguraron que no la tenían. La secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton es una usuaria frecuente de la Blackberry, pero un vocero manifestó que no sabía si ella tenía la dirección del Presidente.

La exclusividad no es un asunto de proteger el escaso tiempo del jefe de Estado o incluso de protegerlo del spam. Al personal de seguridad le preocupa que mientras más disponible sea su dirección, más vulnerable pueda ser a los hackers.

Después de todo, la gobernadora Sarah Palin de Alaska encontró que habían entrado en su cuenta de e-mail y habían puesto sus mensajes en línea el año pasado cuando estaba postulando a la vicepresidencia. Un Presidente no puede correr el riesgo de que sus correos electrónicos estén a disposición de todo el mundo, incluyendo a los servicios de inteligencia hostiles, como Rusia o China.

Para minimizar el riesgo, los gurús tecnológicos de la Casa Blanca imposibilitaron el reenvío de mensajes del Presidente o que se le envíen attachments, de acuerdo a personas que están al tanto de las precauciones. Es probable que su dirección se cambie regularmente también. Los amigos del Presidente y los miembros de su equipo están recibiendo instrucciones sobre seguridad.

Por lo tanto, los amigos de e-mail de Obama están en gran medida guardando silencio. Las llamadas telefónicas y los mensajes a más de 40 de sus principales asesores, familiares, amigos y asociados políticos la semana pasada dieron como resultado unos pocos que reconocieron abiertamente tener su dirección.

"No puedo confirmarlo", señaló un asesor cuando se le preguntó si Oprah Winfrey envía e-mails al Presidente.

"No tengo ninguna respuesta", expresó un alto personero de la Casa Blanca cuando se le hizo la misma pregunta, además de pedir que tampoco lo nombráramos respondiendo incluso eso.

Y hay varios que se podría esperar que la tuvieran y no la tienen. El ex Vicepresidente Al Gore, un aficionado a los e-mails, no intercambia mensajes con el Presidente. "Hasta la fecha, no he sabido que se envíen e-mails entre ellos", precisó su vocera, Kalee Kreider.

John D. Podesta dirigió el período de transición de Obama e intercambió e-mails con él virtualmente todos los días desde las elecciones hasta la investidura. Pero no formó parte del gobierno y no tiene la nueva dirección. "Algunas cosas son secretas", precisó Podesta, aunque agregó: "Supongo que la lista va a aumentar".

Barómetros anteriores.

Durante décadas, se revisaban las listas de invitación para las cenas de Estado y los registros de visitas de Camp David en busca de pistas de quién era "alguien" y quién no.

Durante la presidencia de Bill Clinton, se sabía que los invitados a la habitación Lincoln eran los más influyentes. El ex Presidente George W. Bush dio pocas oportunidades para que la elite se manifestara al dejar las cenas de Estado, pero las invitaciones a su rancho denotaban distinción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario